sábado, 21 de enero de 2012

De "presiones" y presiones verdaderas

Hace poco recordé la polémica que desató el periódico El Mundo en octubre de 2010, con su artículo ¿Madre o vaca?. En él, la periodista Carmen Machado aludía a supuestas "presiones" que reciben hoy en día las madres para amamantar a sus hijos. Presiones recibidas desde el ámbito sanitario, por ejemplo por el personal del hospital donde hayas dado a luz. No quiero extenderme con este desafortunado artículo, dado que bastante revuelo provocó en su día, como movilizaciones frente a sedes del periódico El Mundo. Por cierto, que en Málaga organizamos en la plaza de la Constitución. 

Muchos sabéis que pertenezco a la asociación Crianza Vinculada, que entre sus finalidades está la promoción de la lactancia materna y el apoyo a familias en el marco de la crianza respetuosa. Como parte de nuestro apoyo tenemos un teléfono donde atendemos llamadas de madres o padres con dudas, problemas, etc. Esta semana he recibido una llamada de una madre que, necesitada de apoyo y comprensión, me contaba lo siguiente:

"Cuando mi hijo nació (que ahora tiene cuatro meses), parecía nervioso (y lo sigue siendo), y en el hospital el personal sanitario me aconsejó que debería quitarle el pecho, porque seguramente la calidad de mi leche no era buena. Cuando tenía un mes y medio, tuvieron que operarle de un problema digestivo, y el personal sanitario (esta vez eran otros) me volvió a recomendar que se la retirara y le diera una leche especial antireflujos. Mi familia ha estado en contra de que le de el pecho, y no pierden oportunidad de recordármelo constantemente. Y cuando hablo de mi familia hablo de TODA mi familia, incluida la política, salvo mi marido. Por la operación de mi hijo he visitado varios pediatras. TODOS me han aconsejado que deje de dar el pecho, que como es muy nervioso mi leche no le viene bien. Cuando les he preguntado si es normal que se tire enganchado al pecho una hora, me han dicho que no, que diez minutos en cada pecho y cada tres horas. Yo, que he intentado informarme por mi cuenta, he leído que debo darle primero de un pecho, dejar que lo acabe, porque la leche del final es la más grasa y la más nutritiva. Se lo comenté a la última pediatra y me dijo que eso ERA MENTIRA. Además otro pediatra me dice que le de cereales ya para que aguante más tiempo por la noche durmiendo, a lo que yo he respondido que tenía entendido que la OMS recomendaba lactancia exclusiva hasta los seis meses. Su respuesta era que yo vería, que si quería que mi hijo estuviera más nervioso y durmiera menos, era problema mío. Por favor, ¿lo estoy haciendo bien? Estoy cansada de tener a todo el mundo en contra y ya dudo de que lo que hago sea lo correcto."

Os podéis imaginar cómo me quedé ante tal acoso y derribo a la lactancia de esta madre, que además me comentaba que ella disfrutaba con ella y que veía a su hijo muy feliz. Por supuesto le dije que era una heroína habiendo mantenido la lactancia contra viento y marea, porque para una puérpera, el recibir constantemente mensajes negativos (y además falsos) sobre la forma en cómo alimenta a su  hijo, es devastador. Me pidió información sobre cuándo se reunía nuestro grupo de apoyo, y la invité a asistir, obviamente. Estaba agotada de oír esta clase de comentarios, y necesitaba oír algo positivo sobre lo que estaba haciendo con su hijo y reafirmarse en los conocimientos que ya tenía.

Esto SI son presiones verdaderas, de las que en muchos casos llegan a acabar con la lactancia. Y es más, las mismas instituciones que afortunadamente te dan apoyo e información veraz para que mantengamos la lactancia de acuerdo con las recomendaciones de las principales autoridades sanitarias, son las mismas que sólo te dan 16 semanas de baja maternal, te dan una escasísima hora de lactancia al día y te presionan para que vuelvas a ser productiva (para el entramado empresarial, porque criar a un hijo es lo más productivo para una sociedad desde mi punto de vista) y te separes de tu hijo, que ya nos encargamos nosotros de "socializarlo" en nuestras instituciones.